Hace unos días os presentamos una nueva receta que nos encanta, la ensalada tibia de boniato, y en ella os hablamos brevemente del almidón resistente. Hoy vamos a daros más información sobre él y sobre cómo podéis conseguirlo a través de ciertos alimentos.
El almidón resistente de tipo 3 llamado también retrógrado, es el que se forma cuando dejamos enfriar unas 24h los alimentos ricos en almidón que previamente hemos cocinado. Podemos conseguirlo a partir de muchos alimentos ricos en almidón como por ejemplo:
- El boniato
- La Yuca
- La patata morada
- Legumbres
- Trigo sarraceno
- Avena, y otros alimentos que podremos y deberemos comer de manera habitual, siempre y cuando no estemos en un proceso de SIBO severo (sobrecrecimiento bacteriano en intestino delgado).
Una vez el alimento esté refrigerado, podremos calentarlo a temperatura muy suave si lo deseamos o comerlo en forma de ensalada fresca o templada como la que os hemos presentado de boniato.
El almidón resistente es muy beneficioso para nuestras bacterias protectoras, en especial para las llamadas muconutritivas, (F. Prausnitzii, Roseburia y Akkermansia), encargadas de generar y proteger la mucosa intestinal y grandes productoras de los AGCC (ácidos grasos de cadena corta) como el acetato, propionato y butirato.
Los AGCC son esenciales para la salud intestinal ya que además de servir como fuente energética, pueden inhibir ciertas citoquinas proinflamatorias y promueven la integridad de las uniones celulares, aceleran la reparación epitelial en respuesta a la lesión y facilitan la diferenciación de las células epiteliales para inducir eficazmente la apoptosis de células malignas en el cáncer de colon.
Además de alimentar a nuestras bacterias y cuidar nuestro sistema digestivo, el almidón resistente mejora la resistencia a la insulina, reduce niveles pospandriales de glucosa en sangre y reduce inflamación de bajo grado.
Sabemos que si conseguimos tener una mejor gestión de todos estos parámetros resolveremos más fácilmente la inflamación y el dolor crónico.
MANERAS DE INTRODUCIR EL ALMIDÓN RESISTENTE EN NUESTRA ALIMENTACIÓN:
Os animamos a que introduzcáis el almidón resistente en vuestra alimentación habitual, sin que sea una obsesión ni nada complicado, basta con cocinar unas legumbres y comerlas al día siguiente.
En cuanto a los tubérculos: boniato, yuca, patata morada… la mejor manera de conseguir su almidón resistente es cocinarlos al horno o al vapor enteros y con su piel, dejarlos enfriar y al día siguiente comerlos en la preparación que queráis.
De la misma manera lo haremos con los cereales: quinoa, mijo, arroz, sarraceno y con las legumbres.
De hecho, en nuestro blog tenemos la receta de las tortitas de sarraceno, si las comes al día siguiente ya tienes el almidón resistente en el desayuno.
El porridge también lo puedes guardar en la nevera y al día siguiente cocinar a baja temperatura añadiendo un poco más de leche vegetal.
- Importante: Cuando consumas los alimentos, puedes calentarlos pero has de procurar que no supere los 70ºC para no romper de nuevo el almidón resistente.
Como véis, el almidón resistente es una muy buena opción para ayudarnos a recuperar y cuidar nuestro intestino, imprescindible sobretodo en procesos de inflamación y dolor crónico.
Esperamos que este artículo os haya resultado interesante y sobretodo útil, y que os ayude en vuestro proceso de recuperación de vuestra Salud, para poder decir definitivamente…
Adiós, ¡Dolores!