El poder antiinflamatorio de la granada
Te gusta la granada? Tal vez seas de las personas que dicen “me da pereza desgranarla”.
Pues has de saber que es uno de los frutos más poderosos que tenemos y te explicamos porque.
Nosotras nos declaramos enamoradas absolutas de la granada y cuando es su época, comemos prácticamente 1 al día.
La granada ha sido cultivada y se conoce desde el neolítico y como curiosidad, en muchas culturas ha tenido un simbolismo relacionado con la fertilidad. Es una fruta de otoño y a partir de enero empieza a desaparecer, en realidad tenemos casi 3 meses para poder comprar granadas de calidad y deliciosas.
Tiene un alto contenido en polifenoles y flavonoides que son potentes antioxidantes, (haremos en breve un artículo dedicado a los polifenoles) y en cuanto a vitaminas y minerales destacan la vitamina C, el potasio y los betacarotenos que son fuente de provitamina A.
Es una fruta con muchos beneficios para la salud y por ello ha sido objeto de varios estudios científicos relacionados con cáncer, enfermedad vascular, neurodegenerativas, inmunidad, inflamación y por supuesto dolor crónico.
Algunos de sus beneficios destacados son:
- En cáncer a demostrado favorecer la apoptosis (muerte celular) de células cancerosas gracias a la acción antioxidante de sus potentes polifenoles¹’²
- Cuida el sistema cardiovascular protegiendo la pared de las arterias, es un buen aliado para controlar el colesterol y mejora la presión arterial sistólica³.
- Modula el sistema inmunológico y ayuda a combatir la inflamación en todo el organismo.
- Se ha comprobado que es muy eficaz en casos leves y una buena aliada en casos más dolorosos como la poliartritis o artritis reumatoide.
- Interesantes estudios⁴’⁵ nos demuestran que ayuda a reducir inflamación, frenar degeneración de cartílagos y aliviar el dolor crónico.
- Contribuye a la protección de las células del organismo frente al estrés oxidativo que causan los radicales libres y esto se traduce de nuevo en una resolución de la inflamación.
El poder terapéutico de la granada es tan grande que hoy en día en consulta trabajamos con suplementación natural. Son cápsulas que contienen sus principios activos estandarizados en dosis óptimas.
Y ahora que conoces algunos de los beneficios que nos aporta esta maravillosa fruta, te invitamos a que reflexiones sobre la importancia no dejar escapar estos 2 o 3 meses escasos que tenemos al año para disfrutar de ella y que dejes atrás la pereza que pueda darte el desgranarla.
¿Cómo consumirla?
Nuestra manera preferida de consumirla desgranada en un plato y a cucharadas. También se puede combinar con un kéfir de cabra u oveja, en un porrige de avena, en ensaladas o en zumo. Aunque nosotras te recomendamos que consumas los granos enteros bien masticados ya que su contenido en fibra retrasa la absorción de azúcares y es mucho más beneficiosa para nuestra microbiota. Siempre priorizaremos el consumo de la fruta entera frente al zumo.
¿Cómo escogerla bien?
Ha de tener la piel lisa con algunas hebras marrones, de color rojizo, aunque muchas más blanquecinas nos sorprenden con sus granos bien rojos y dulces. Cuanto más pese más jugosa estará, a veces encontramos frutos con poco peso y los granos interiores resecos, esto suele pasar a partir de enero.
Truco para desgranarla fácilmente:
Hay varios trucos para desgranarla fácilmente, uno de los más conocidos es el siguiente:
Cortar la granada en dos mitades y con la ayuda de un mortero de madera o cuchara en su defecto, golpearla con golpes secos y seguros por la parte de la piel y encima de un vol. Verás como rápidamente empiezan a caer los granos. Otra manera es cortarla a cuartos depués de cortarle la corona, abrir bien la fruta quedando a la vista los granos e ir desgranándolos en un vol.
Y tú, tienes algún truco efectivo para desgranarla fácilmente?
Estudios:
Cancer:
- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16379557/
- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22945439/
- PA sistólica: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11500191/
Inflamación dolor:
4. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16140882/
Artritis:
5. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21910371/