Tu Microbiota Intestinal puede tener relación con tu dolor
El buen estado de el sistema digestivo y de la microbiota que habita en él es determinante para propiciar un terreno antiinflamatorio o todo lo contrario, proinflamatorio.
Se calcula que en nuestro cuerpo habitan:
- 1014 bacterias (lo que es tres veces más que las 3,7 x 1013 células que Io componen).
- Unos 1013 hongos.
- Un número indeterminado de arqueas y protozoos.
- Finalmente, se calcula que el número de bacteriófagos (virus bacterianos) podría exceder al de sus hospedadores en una proporción de 1 a 5.
Estos datos son enormes y, por ello, difíciles de imaginar; posiblemente podríamos tener una visión más clara de lo que significan si tenemos en cuenta que el conjunto puede pesar unos 2 kg y que aproximadamente el 50% del volumen de nuestras heces corresponde a microorganismos intestinales.
Hoy en día sabemos que una microbiota sana estimula las citoquinas antiinflamatórias, especialmente la IL-10, y genera un buen nivel de SCFA (ácidos grasos de cadena corta), como el butirato, acetato y propionato, los cuales tienen un papel crucial para evitar la inflamación entre otras muchas virtudes.
La microbiota ejerce una gran influencia en la maduración del sistema inmunitario del tracto digestivo y del correcto funcionamiento de las IgAs que son soldados esenciales de nuestros sistema inmunitario en las mucosas.
También sabemos que produce señales neuroinmunes a través del eje cerebro-microbiota-intestino. Si la microbiota esta sana estas señales serán de neuroprotección y si está alterada y además hay permeabilidad intestinal, las bacterias patógenas podrán liberar metabolitos tóxicos (LPS) y las señales podrán general neuroinflamación y dolor.
¿Sabías que los alimentos ultraprocesados, las grasas trans y el exceso de azúcar refinado o aditivos en la dieta perjudica tu barrera intestinal pudiendo provocar un estado de inflamación crónica de bajo grado y por lo tanto posibilidad de sufrir dolores crónicos?
La mucosa del intestino delgado sirve de barrera entre el medio interior del organismo y los peligrosos factores del medio ambiente: bacterias, alimentos insanos, aditivos innecesarios de dudosa calidad y agro-tóxicos o pesticidas.
Cuando esa barrera intestinal sufre una constante inflamación “silente” acaba desempeñando mal su papel y se genera un aumento de la permeabilidad, esto permite que demasiadas macromoléculas nocivas atraviesen esta barrera intestinal y su acumulación puede producir numerosas enfermedades o alteraciones en nuestro cuerpo ya que a través de torrente sanguíneo pueden llegar a diversas partes del cuerpo y producir dolor, inflamación, incluso autoinmunidad.
¿Cómo puedo saber si mi microbiota está implicada en mi dolor crónico?
Para determinar la composición de la microbiota siempre se han utilizado cultivos microbiológicos, pero hoy en día se sabe que la mayor parte de los microorganismos de este ecosistema no se pueden cultivar con los medios tradicionales, ya que muchos de ellos pueden dar falsos negativos y otros sencillamente no se pueden observar en un cultivo clásico.
Por ello actualmente se utilizan pruebas como los metabolitos en orina o la secuenciación masiva del ADN en una prueba de heces, la cual ha permitido conocer la huella genética de muchas bacterias y el poder identificar y asignar taxonómicamente a la mayoría de los microorganismos sin necesidad de cultivarlos. Estas pruebas nos permiten valorar si hay disbiosis (alteración de la microbiota), permeabilidad, inflamación y poder tratar en consecuencia recuperando el terreno de la manera más precisa y cuidadosa.
Nosotras creemos que la afirmación de “somos lo que comemos” es simplista y se queda corta, ya que también somos como sentimos y muchas cosas más, pero en cuanto a la alimentación aclararíamos esta frase diciendo que:
Somos lo que nuestra microbiota hace con los alimentos que ingerimos, si este proceso nos inflama, estaremos inflamados constantemente y fácilmente se traducirá en dolor.
Y tú, que padeces dolor crónico:
- ¿Te has fijado en cómo funciona tu intestino?
- ¿Cómo son tus digestiones?
- ¿Cómo vas de vientre?
- ¿Cómo son tus heces?
- ¿Tienes muchos gases?
- ¿Sientes la barriga hinchada a menudo?
Puedes respondernos abajo, en los comentarios, a alguna de estas preguntas si sientes que todo esto puede tener relación con tu dolor.
Si sientes que tu sistema digestivo no funciona como debería es probable que tu microbiota esté alterada, y ahora ya sabes que esta alteración puede estar influyendo en tu dolor crónico.
Esperamos que este artículo te ayude a arrojar un poco más de luz a tu situación y a entender la importancia del funcionamiento del sistema digestivo y los huéspedes que viven con nosotros 😉