La Tormenta perfecta

Dolor de cabeza. 

Si eres Humano y estás en esta lista lo habrás sufrido. Incluso puede que sea TU dolor principal.

Cefalea tensional, en racimos, migraña…llámale como te hayan dicho o como quieras, a resumidas cuentas dolor en alguna parte de la cabeza más o menos incapacitante.

La historia que te voy a contar puede marcar un antes y un después en tu interpretación del dolor.

Me pasó a mi hace unos 4 años aproximadamente.

Estaba disfrutando unos días de vacaciones en familia en la maravillosa isla de Lanzarote.

Un día, mi hermano y yo nos habíamos reservado la mañana para surfear juntos, un momento de esos “brother&sister” como le llamamos nosotros.

Debes saber, para entender el contexto de la historia, que adoro a mi hermano y el me adora a mi, amor fraternal del bonito ❤️. Y que el surf ha sido un deporte que nos ha unido en diferentes momentos de nuestras vidas.

Entonces, esa mañana de surf planeada en esa maravillosa Isla era importante. 

Un momentazo para recordar.

Llegó el día, la mañana, la playa, el mar, mi hermano y yo marcando tipito con los neoprenos apretados y abrazando nuestras respectivas tablas…y hacía un tiempo de MIERDA.

Lluvia, viento y olacas.

A la historia debo añadir que, aunque me gusten algunos deportes de riesgo como ahora el surf, soy muy prudente, y cuando lo puedo practicar me gusta que haga sol y que las olas no superen el metro y medio.

Mi mente daba vueltas en la contradicción emocional de:

  • CONSCIENCIA: “Nada puede estropear este momento “brother&sister”…la lluvia es agua, y las olas…también”
  • INCONSCIENCIA: “¡Joder que miedo! ¿¡Quién te manda a ti meterte allí!? “Te puedes hacer daño” “Eres autónoma, no te puedes lesionar!”

Sin hacerle caso a la voz de mi prudencia y motivada por “el momento”…¡al agua patos!

Empecé a remar y remar para superar el rompeolas (que es lo más complicado de todo) y me empezó a subir un dolor de cabeza desde los hombros hasta la frente como casi nunca antes había sentido.

Al llegar mar adentro, me senté en la tabla al lado de mi hermano y le dije: “Me voy para fuera, tengo un dolor de cabeza insoportable”.

Entrar para salir.

Así que ya me podéis imaginar, ahora estaba mojada, tiritando de frío y con la cabeza que me explotaba sentada en la arena observando a mi hermano como intentaba surfear alguna ola y esperando a que el resto de la familia llegaran y me rescataran con un ibuprofeno, por favor.

Que triste.

Por aquél entonces no sabía todo lo que se ahora sobre el dolor, y no entendía a qué se debía esa respuesta de mi cuerpo de repente, justo en ese momento…

¿Tendré algo en el cuello?

Esto es por mis cervicales altas, seguro que están bloqueadas…(como buena Osteópata)

Y tu, si hace tiempo que nos sigues, o si acabas de aterrizar en esta Comunidad…¿Sabrías explicarlo?

Hay una pista unas líneas más atrás, y tiene que ver con una emoción en particular…

…¿Lo tienes?

Si, efectivamente:

M

I

E

D

O

MIEDO.

El dolor tiene que ver TODO con el Miedo, y en mi historia, ese dolor repentino de cabeza, fue una respuesta de protección de mi mente, a través de mi cuerpo, para salvarme de un potencial daño o peligro que mi consciencia no quería ver.

Aquella fue literal y metafóricamente la tormenta perfecta para un dolor de cabeza intenso que “me salvó la vida” o no, nunca lo sabremos. 

El miedo y el dolor solo querían protegerme de la amenaza.

En esta historia hay una gran lección sobre cómo funciona el dolor que puedes empezar a observar en tu caso y en tu vida.

¿De qué tienes miedo?

¿Cuál es tu amenaza?

¿Dónde está el peligro?

¿Es el propio dolor el que te genera el miedo?

¿Cuál es tu “tormenta perfecta” para despertar el dolor?

Se puede salir del círculo vicioso dolor-miedo. Si quieres que te ayudemos puedes consultarnos tu caso aquí.